Enfermedad y Muerte:
Definiciones y significado de: muerte, enfermedad padecimiento, sufrimiento, El
médico y el enfermo ante ellos, actitudes y reacciones.
¨ Enfermar supone enfrentarse a un mundo
hasta entonces desconocido y negado. Todo individuo cuando enferma experimenta
una serie de reacciones emocionales ante la enfermedad que el médico debe considerar.
Existen muchos factores que intervienen en esas reacciones, entre los que
destacan la personalidad del paciente, su edad, el tipo de enfermedad, la
familia y los amigos, el hospital y la personalidad del médico y demás
profesionales de la salud¨
·
Definiciones y significado de muerte:
Desde el punto de vista biomédico, la muerte es el cese
absoluto e irreversible de las funciones vitales. Se declara por el cese de la
actividad espontanea respiratoria, cardiovascular y cerebral.
Biológicamente, la muerte es la interrupción de la
renovación continua de las células de los tejidos.
Considero y se tiene conocimiento que cada persona le da
un significado a la muerte, de acuerdo a su personalidad y a su formación.
Además, es un proceso por el cual, sin duda alguna, todas las personas estamos
destinadas a pasar y que hasta la fecha sigue siendo un misterio sin resolver.
·
Enfermedad
Según el diccionario de la RAE, tiene varios
significados: “alteración más o menos grave de la salud” “pasión dañosa o
alteración en lo moral o espiritual” son los que se apegan más al contexto.
Se define como un proceso biológico que supone una
alteración estructural o funcional a nivel orgánico, un proceso psicológico que
conlleva dolor y sufrimiento y un proceso social porque supone una invalidez.
Enfermedad es un estado en el que la persona no puede
realizar correctamente sus funciones de diversos tipos de acuerdo a lo que,
bajo su perspectiva, se considera normal.
Es obvio que el médico y el paciente no ven la enfermedad
de la misma forma, mientras el médico lo ve de una manera científica y busca lo
medios para un buen diagnóstico y un tratamiento eficaz, para el enfermo
significa la pérdida de su integridad corporal, de la certidumbre y de la
libertad para actuar de la forma que desea.
·
Padecimiento
Es, en mi punto de vista, lo que el enfermo posee:
signos, síntomas, sentimientos y emociones que le causa la enfermedad que
tiene. Sin embargo, el paciente puede tener un padecimiento "sin tener una
enfermedad". Es lo que realmente determina la conducta del enfermo y de
ahí, a que éste tome la enfermedad de diferentes maneras.
Resumido en otras palabras, es un conjunto de reacciones
personales y culturales ante la enfermedad.
Es por ello que la desatención del padecimiento sea en
gran parte responsable de que los pacientes no cumplan con las indicaciones de
los médicos, se sientan insatisfechos con el cuidado profesional de su salud, y
muchos salten de un consultorio a otro o bien recurran a otras fuentes populares de curación. ¿Por
qué aún siguen existiendo personas que acuden a curanderos? La respuesta es
fácil, porque el médico deja de lado el padecimiento y los pacientes
lógicamente buscan al que los ayude a resolver sus necesidades.
Diversos estudios han puesto de manifiesto que en el
cuidado popular de la salud es precisamente el padecimiento el foco de interés,
de ahí a que muchas personas tengas más esperanzas en los curanderos que en los
médicos.
Un buen médico, será capaz de tratar tanto la enfermedad
como el padecimiento.
·
Sufrimiento
Desde mi percepción, el sufrimiento es un estado de
alteración emocional del bienestar que está presente en las personas que están
afectadas o amenazadas por diversas causas. Hay que destacar que no sólo es
causado por la enfermedad y los problemas relacionados con ella, sino también
por el tratamiento, y está poderosamente influido por la percepción que el
enfermo tiene de su futuro.
Es importante distinguir entre dolor y sufrimiento,
debido a que estos no son la misma cosa.
Un enfermo puede sufrir intensamente sin tener dolor y el médico puede
llevar a cabo acciones médicas que, aun siendo técnicamente correctas, pueden
no causar dolor, pero sí sufrimiento. Por ejemplo, cuando a algún paciente se
le diagnostica cualquier enfermedad, puede o no existir dolor, pero si un
sufrimiento latente que le causará al pensar que es lo que sucederá en el paso del
tiempo.
Ø El médico y el
enfermo ante ellos, actitudes y reacciones
En la muerte, todos tomamos diferentes actitudes y
reacciones; los niños pequeños piensan que la muerte es un acontecimiento
transitorio y reversible. Muchos en su intento por revelar el misterio, se
basan en los principios religiosos que los rigen, y creen que habrá una vida
eterna después de este proceso que es necesario y tienen la fantasía de
reunirse con los seres queridos después de la muerte, la cual es una forma
relativamente frecuente de mantener la idea de que la vida y la muerte tienen
continuidad; otros simplemente creen que quedan en el sueño profundo y jamás se
volverán a despertar. Para muchos, la muerte es un salto a la nada. En mi
opinión, considero que la muerte es un proceso por el cual todos pasaremos y
muchos ya han pasado. Es un proceso vital, de eso no cabe duda, y con el cual
termina la vida, pero aún no se sabe cuál es la finalidad.
Una de las actitudes y mecanismos de defensa más usual y
poderosa en esta situación, es la negación.
Se niegan a este tipo de eventualidad y en muchas ocasiones es muy perjudicial
para los familiares de la persona que pasa por este proceso.
Ocurre que algunas personas realmente no temen a la muerte y la enfrentan
con serenidad. Muchas personas temen más que a la muerte a la invalidez, el
deshonor, el sufrimiento prolongado, etc., y en ciertas circunstancias de gran
adversidad desean la muerte. Esto depende en gran manera, como ya he mencionado
anteriormente, en la personalidad de la persona. Sin embargo, en otras, una
causa del miedo exagerado a la
muerte, creo yo, es el sentimiento de no haber vivido plenamente. Muchas
personas temen llegar a morir porque no han realizado sus metas o no han
experimentado cosas que les gustaría tener.
Hay personas que sufren una serie de reacciones cuando se
les detecta una enfermedad mortal a corto plazo. De acuerdo con la doctora
Kubler-Ross, estos son:
ü Negación de la
realidad: el enfermo piensa que
no es posible que tal cosa le ocurra a él
ü Resentimiento
profundo: ¿por qué a mí y no a otros?;
ü Regateo: el
enfermo trata de impedir que se cumpla la sentencia haciendo méritos;
ü Depresión
preparatoria: asimila la idea
de la muerte y se pone de duelo por su propia muerte;
ü Etapa final: el
enfermo acepta pasivamente su
sentencia, e inicia un estrechamiento progresivo de sus intereses y la retirada
de sus afectos.
La reacción del médico antes
la muerte lógicamente es diferente, una
pregunta que el médico se plantea es: ¿debe decir la verdad a aquel cuya
condición es irremediable? Por supuesto que sí, creo yo, porque ocultar la
verdad a un paciente es algo antimoral, antiético, el médico tiene la
obligación de decir la enfermedad, el padecimiento por más doloroso que este
sea; de ahí, él tiene que ver cómo ayudar al paciente a resolver sus
necesidades y hacerlo sentir mejor. En general, tanto los enfermos como sus
familiares aprecian en el médico una actitud que permita escoger entre aceptar
y negar; "dejar entreabierta la puerta de la esperanza". Sin embargo,
el familiar más cercano y el mismo paciente debe ser franca y oportunamente
informado de la situación, por más dolorosa que sea la noticia. La
responsabilidad del médico es percibir las necesidades del enfermo que va a
morir y responder a ellas "como la madre responde a las necesidades de un
hijo".
Humanizar significa permitir a cada enfermo segur viviendo
como un ser humano. Teniendo en cuenta sus valores de referencia. Solicitando
en la mayor medida el conjunto de sus posibilidades de funcionamiento, no solo
fisiológicas sino también mentales. Evitándole que se desorganice a través de
la angustia y sumergirse por sus reacciones emocionales facilitándole el acceso
a lo palabra y a la posibilidad de unir y de simbolizar sus afectos.
Humanizar es volver conscientes a los asistentes que son
depositarios de una parte del narcisismo de los pacientes, que deben desempeñar
una función organizadora y a este fin desarrollar sus propias capacidades de
mentalización. Podrán así evitar lo que no sería ni pensado, ni hecho dominante
por el servicio, que no se haya actuado por error perjudicialmente.
Bibliografía:
1.- Ramón de la Fuente, Psicología Médica, Nueva Versión
1992; Ed. Fondo de Cultura Económica.
2. López Ibor, Ortiz Alonso, Ibor Alcocer. Lecciones de
Psicología Médica, 1a. Edición, 1999.
Ed. Masson.
No hay comentarios:
Publicar un comentario